Breve explicación del procedimiento y su funcionamiento
El procedimiento no requiere ingreso en el hospital y consiste en obtener una muestra del plasma de la sangre, procesarlo para que sea rico en plaquetas y factores de crecimiento y luego inyectarlo en la zona del cuerpo donde se desea que haga efecto, en este caso la piel. Se suele realizar en una única sesión.
La técnica comienza extrayendo una muestra de sangre. Esto se realiza mediante la punción de una vena y el uso de un sistema de vacío que se conecta a un tubo, de forma que, por diferencia de presiones, la sangre viaja desde la vena hasta dicho tubo. Generalmente se extraen unos 20 ml de sangre. Suficiente para llenar dos tubos. No obstante, dependiendo de la extensión de la zona que se quiera tratar, y también para tener sangre de reserva por si hay algún error durante su procesamiento, es posible que se necesite más cantidad de sangre.
La muestra obtenida se lleva a una centrifugadora, que la hará girar a una velocidad y durante un tiempo determinados. Esto hace que la sangre pase de ser un líquido homogéneo a estar dividido en 3 partes: los glóbulos rojos (que se quedan en el fondo), los glóbulos blancos (que se quedan en la zona intermedia) y el plasma (que se queda en la zona más superficial).
Seguidamente se separa la parte del plasma que, por tener mucha abundancia de plaquetas, recibe el nombre de plasma rico en plaquetas (PRP).
El PRP así obtenido se puede mezclar con gluconato de calcio o con cloruro de calcio (aunque esto no es necesario). Estas sustancias hacen que se acelere la activación natural de las plaquetas, con la que se liberan muchos factores de crecimiento, que son sustancias que actúan sobre las células que aumentan la calidad y la salud de la piel, entre ellas los fibroblastos. Para conseguir este efecto, el PRP se inyecta con agujas muy finas en pequeñas cantidades dentro de la piel a lo largo de la zona que se quiere tratar. En concreto, se inyecta en una capa de la piel denominada dermis. Se aplica siempre un producto antiséptico antes de comenzar con las inyecciones.
Las pequeñas heridas que se hacen con este procedimiento inducen a la piel a regenerarse, lo cual, sumado a la presencia de los factores de crecimiento del PRP activado, suponen un gran estímulo para la piel para renovarse y mejorar su calidad y salud. Al ser un producto del propio cuerpo (autólogo), es muy baja la probabilidad de reacciones de rechazo o de alergia. Es previsible que se noten los efectos a lo largo de varias semanas, conforme la piel va renovándose.
Para evitar el tener que estar manipulando constantemente la sangre y el plasma, se usa una técnica cerrada, con la cual no hace falta abrir los recipientes ni los tubos. Así se previene que las muestras entren en contacto con el aire o que se contaminen.
En general, este procedimiento es complementario y debe asociarse a otras técnicas médicas para que ofrezca los mejores resultados.
El dolor que causan las inyecciones suele ser perfectamente tolerable. Sin embargo, en caso de ser necesario, puede recomendarse el consumo de algún medicamento contra el dolor o, si no fuera suficiente, se puede recurrir a productos anestésicos. En este último caso existen fundamentalmente dos opciones: productos en forma de cremas o lociones administrados de forma tópica (aplicados sobre la piel) o bien medicamentos que deben inyectarse en la zona que se quiere anestesiar. Dado el estorbo que supone el pelo tanto para que los productos tópicos lleguen a la piel como para localizar adecuadamentelas zonas de inyección, el uso de estos procedimientos requiere rasurar completamente la cabeza. Además, se deberá firmar un consentimiento informado específico en caso de que los anestésicos deban inyectarse.
Indicaciones (cuándo se puede usar)
Esta técnica está indicada en aquellas situaciones que requieran una regeneración de la piel, entre ellas las siguientes: alopecia, estrías, cicatrices y envejecimiento cutáneo.
Contraindicaciones (cuándo no se debe usar)
El procedimiento requiere de la extracción de sangre, por lo que estará contraindicado:
- En el caso de anemia, bajos niveles de plaquetas o glóbulos blancos.
- En personas con enfermedades infecciosas que puedan transmitirse a través de la sangre (por ejemplo, una hepatitis viral no controlada o VIH no indetectable).
- En personas con tendencia al desvanecimiento o a la pérdida de consciencia cuando se les extrae sangre.
- En presencia de alguna circunstancia que afecte a la coagulación, incluida la administración de anticoagulantes.
- En personas con enfermedades que puedan empeorar al extraer la sangre (como las porfirias). Ante cualquier otra situación relativa a la extracción que se considere que puede afectar a la salud.
Por otro lado, el procedimiento incluye la inyección dentro de la piel del PRP obtenido, por lo que también serán contraindicaciones:
- Afecciones inflamatorias, infecciones o heridas de la piel que se quiere tratar.
- Lesiones pigmentadas o sospechosas de cáncer en la zona que se desea tratar.
- Enfermedades que produzcan dolor desproporcionado en la piel (por ejemplo, neuralgias faciales). Tendencia a la mala cicatrización (predisposición a queloides o cicatrices hipertróficas).
- Cualquier otra afección de la piel que se considere que puede empeorar o aparecer con el procedimiento.
Por último, también son contraindicaciones las siguientes situaciones:
- Embarazo.
- Lactancia.
- Lupus eritematoso sistémico.
- Consumo de aspirina en los 7 días previos al procedimiento.
- Disfunción plaquetaria.
- Sepsis.
- Inestabilidad hemodinámica.
- Cáncer activo o no controlado.
- Inmunosupresión (por ejemplo, por la administración de corticoides).
- Afecciones mentales que impidan una correcta colaboración con el personal.
- Expectativas irrealistas sobre el procedimiento.
- Cualquier otra que se considere que puede afectar a la salud.
Efectos secundarios y riesgos generales
A pesar de ser un procedimiento seguro, consiste en una punción para sacar sangre y en una inyección de plasma en la piel. Esto implica necesariamente la realización de heridas en la zona de extracción y en la zona que se va a tratar, las cuales pueden infectarse o cicatrizar mal.
Asimismo, aunque se usan agujas muy finas, puede haber un pequeño sangrado en la zona de extracción o en la zona de tratamiento, con lo que podrían aparecer hematomas o equimosis (moretones). El paso del producto a la circulación general es extremadamente improbable pero no imposible.
Debido a la punción de la piel y a la inyección en ella del producto puede aparecer dolor,enrojecimiento, calor, tensión o un pequeño edema (acúmulo de líquido) en las horas o los días siguientes al procedimiento. Esto en parte es causado por la reacción de regeneración y renovación de la piel. Este proceso conlleva una inflamación local que, aunque con poca frecuencia, es capaz de provocar una pigmentación de la zona inflamada (la zona puede volverse más oscura), sobretodo si hay exposición solar o a lámparas de rayos ultravioleta.
En personas con una tasa de renovación de la piel muy alta, la piel puede descamarse («pelarse»).
En casos muy raros, podría haber una reacción inmunitaria al plasma inyectado, con posibilidad de una inflamación de la piel que sea más intensa o más duradera de lo habitual.
Aunque es altamente improbable, incluso aplicando todas las técnicas correctamente es posible que aparezcan consecuencias graves o incluso potencialmente mortales. También puede ocurrir que no se obtengan los beneficios deseados. Esto se debe a que hay muchas variables implicadas en el proceso (por ejemplo, la tasa de absorción del PRP o su tasa de cicatrización) y a que hay personas que pueden tener condiciones ocultas o desconocidas. El resultado puede verse también afectado si no se siguen las recomendaciones posteriores al procedimiento.
Alternativas al procedimiento
Para conseguir el mismo efecto que con este procedimiento existen varias alternativas, entre ellas la dermocosmética, el consumo de medicamentos específicos o la dermopunción sin inyección de PRP o con inyección de otros preparados. Se usa este procedimiento debido a que utiliza productos del propio cuerpo con baja probabilidad de reacciones adversas, así como a su facilidad de realización.